jueves, 13 de junio de 2013

Aire de fiesta.

Comienza la temporada veraniega (¡¡¡bien!!!) temporada conocida por sus tormentas y porque muchas localidades se preparan para celebrar sus fiestas patronales. Verbenas, charangas, juegos, conciertos, concursos y por supuesto fuegos artificiales suelen formar parte de las actividades que se programan para amenizar estas fiestas tan nuestras. Hoy desde el blog de Conperros queremos hablar del efecto que petardos, truenos, tracas y fuegos artificiales pueden tener en nuestros perros y de cómo prepararse para ellos. 


El miedo no es un comportamiento adquirido, sino una perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo real o imaginario, de modo que el miedo en sí no se puede reforzar. Lo que sí se puede reforzar es la reacción del perro ante el miedo. A veces sabemos a qué hora exacta van a producirse los ruidos que producen el miedo, por ejemplo, fuegos artificiales programados, petardos cuando se marca un gol en un partido de fútbol importante, y ante este tipo de situaciones podemos estar preparados para intentar ayudar a nuestro perro a pasar el mal trago, ¿cómo? Nunca castigando ni reprendiendo al animal, nunca llevarle a un lugar donde haya este tipo de ruidos sin haber trabajado en ello previamente y nunca dejándole solo. Es importantísimo que nosotros conservemos la calma, y nos comportemos de modo seguro y confiado, ya que eso transmite seguridad al perro. 

Se suele aconsejar que no se trate de consolar al perro, ya que a mayor atención que éste reciba mayor será el tiempo y la intensidad de su reacción ante el ruido que le asustó. A este respecto hay diferencias de opiniones. La estimulación y el distraerle para que el miedo pase lo antes posible, suele funcionar. Jugar con él, pedirle que haga cosas sencillas (sentarse, tumbarse, dar la pata, o lo que le hayáis enseñado) y premiarle cuando su estado mejore, sin llegar a la sobreestimulación, que suele acabar produciendo estrés. Es importante que se sienta seguro, permaneciendo a su lado. Si vuestro perro es de los que se esconde debajo de la cama, o de la mesa, no le forcéis a salir de ahí.



Hay en el mercado discos compactos que contienen ruidos de truenos, petardos, sirenas, portazos, etc. y que se usan para lo que se denomina habituación y desensibilización. Estas técnicas consisten en poner el disco en un entorno seguro y a un volumen muy bajo al comienzo para que el perro se vaya acostumbrando muy poco a poco a los ruidos. Paso a paso se va subiendo el volumen de modo que el perro no presente síntomas de miedo, y si ésto ocurre se baja el volumen de nuevo y se sigue trabajando hasta que se pueda volver a aumentar la intensidad del ruido. Es un proceso largo y se necesita paciencia y trabajo, pero bien hecho puede hacer que nuestro perro no tenga que pasar por el terrible estado de terror que le producen los ruidos fuertes. De igual modo puede salvarnos de situaciones en las que el perro huye y debido al pánico se centra en la huida y ni ve ni oye, lo que puede acabar en atropellos, accidentes, etc. 

El contracondicionamiento es el paso lógico tras trabajar la habituación y la desensibilización. Se trata de hacer que el perro asocie el ruido que antes le producía miedo a algo bueno, por ejemplo un premio, o su juguete favorito. Hay que tener en cuenta que lo que queremos premiar es la calma, y no los comportamientos asociados al miedo.

Si en principio vuestro perro no reacciona ante los ruidos fuertes lo mejor es ignorarlos, no darles la menor importancia. 



Como solemos decir en Conperros, vosotros conocéis a vuestros perros mejor que nadie, sabéis lo mal que lo pasan en algunas ocasiones debido a los ruidos y estamos seguros de que estáis dispuestos a dedicar un poco de tiempo a ayudarles a superar sus miedos. Paciencia y ¡a disfrutar del verano!

2 comentarios:

  1. Qué guay!!! Me parece un post muy ilustrativo para poder ayudar a nuestros animales. Muchas gracias por todos los consejos ^_^

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  2. Gracias Laura! Se hace lo que se puede, ojalá nuestros consejillos sirvan para ayudar a los perris.

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