martes, 9 de abril de 2013

Más vale prevenir...

Alguna vez ya lo hemos dicho en nuestra página de facebook, antes de dar comida (premios, etc) a otros perros, pregunta primero a su dueño. Este tema nos parece tan importante que vamos a dedicarle una entrada completa. 

¿Por qué es tan importante? Porque sólo los dueños conocen las peculiaridades de sus perros, si son delicados de estómago, si están "a dieta", etc. Así que empezamos por la salud del propio animal. Por otro lado ¿qué conseguimos de los perros ajenos dándoles premios? Atención. Nos siguen, meten el hocico en nuestros bolsillos, se nos sientan delante, nos dan la pata, se nos suben encima, nos lamen las manos, nos ofrecen todos los comportamientos que conocen... "Los perros me adoran" dice mucha gente, pero no es verdad, los perros adoran comer. Peor aún y muy peligroso para todos, es cuando sólo conseguimos provocar una pelea por la comida. Esto por parte de los perros. ¿Qué conseguimos de los dueños? Intentos fallidos de controlar a los perros, tirones de correa, tirones de collar, enfados, Toby, Toby aquí, Toby para, ¡¡¡¡¡TOBY!!!!!, que te he dicho que vengas aquí, vale ya, ya no hay más premios, etc.

A veces se hace con toda la buena intención, pero la intención no basta para que una acción sea buena. Debemos pensar en las consecuencias a corto y a largo plazo. Las a corto plazo ya las conocemos, las a largo plazo son bastante más graves. 

Pongamos un ejemplo: "Fulanito" va al parque todas las tardes con los bolsillos llenos de chuches para los perros. Deja que le hagan monerías, se le suban, le chupen, etc. Una mañana soleada de domingo, "Fulanito" va a celebrar el evento x. Se ha vestido, planchado y perfumado para la ocasión. Por el camino se encuentra a uno de los perros a los que cada tarde da premios. ¿Qué pasa? Pues que el perro le hace monerías, se le sube, le chupa, o al menos va a intentarlo con todas sus fuerzas, para cabreo de sus dueños y por supuesto de "Fulanito", ¡que me manchas, quita hombre!, ¿no ves que hoy no tengo nada?. Pues no, el perro no ve que "Fulanito" no tiene nada, ni tiene por qué verlo. Es un animal de costumbres, como nosotros. Se ha acostumbrado a que cuando hace ciertas cosas "Fulanito" le da premios. No sabe que es domingo, ni qué es un evento, ni que no se puede saltar encima de la gente cuando es domingo y además van a un evento. Este ejemplo acaba mal para todos "Fulanito" puede que tenga que seguir su camino enfadadísimo y con algo de baba de perro en la manga, los dueños se deshacen en disculpas y enfadadísimos riñen al perro, que se lleva la peor parte, la bronca por parte de todos además de no entender nada de nada.

Puede ser aún peor. Vuestro perro es un cachorro tipo peluche, una bolita de pelo que todo el mundo adora, un alaska malamuten, un pastor alemán, un san bernardo, un husky siberiano, un golden retriever, un pastor del cáucaso... en realidad cualquier cachorro es adorable. Todo el mundo le da premios, niños y mayores, porque es monísimo, y no se pueden resistir a esos ojitos. El cachorro crece y de repente tenemos un perrazo de no sé cuántos kilos demandando la comida que antes todos le daban. Ya no hace falta ni que se suba encima, sólo con que se acerque provoca el miedo en muchas personas. Este ejemplo acaba fatal para todos, a gritos, las palabras bozal, peligroso, denuncia y policía, aparecen a menudo. 

¿Cómo podemos evitarlo? Siendo muy firmes, pero mucho. Bordes si hace falta. No dejéis que nadie dé comida a vuestros perros, sobre todo cuando hay niños de por medio. La energía que normalmente usáis en reñir al perro tras un caso así, usadla previamente en advertir muy seriamente a quienes quieran darle comida. Por vuestro bien, el del resto de personas y sobre todo por quienes tienen todas la de perder, los perros.




2 comentarios:

  1. Muy bueno Gracias!! Llegará el día en que me tenga que llenar los bolsillos con Lacasitos para metérselos en la boca a los niños (a ver si con suerte alguno se atraganta y de mayor toma ejemplo), seguro que muchos padres me matarían!!!

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  2. Gracias Rubén, con suerte no habrá que tomar medidas desesperadas, aunque a más de uno le encantaría lo de los lacasitos (lo de atragantarse no, claro, pobres niños), pero como ejemplo está muy bien. ¡Gracias!

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