lunes, 6 de mayo de 2013

¡Al agua patos!

Basta de hablar de lo malo de la primavera (bichos, toses...). Hoy vamos a hablar de una de las actividades que más divierte a nuestros perros. Y es que cuando llega el calorcito y con tanto pelo, lo mejor es darse un buen chapuzón para refrescarse.

Nadar es un ejercicio muy completo tanto para perros como para personas, es divertido, es refrescante, y podemos hacerlo juntos. Sólo hay que encontrar un sitio en el que esté permitido que los perros se bañen, y que sea lo suficientemente seguro como para no correr riesgo de accidentes. Sabemos que no es fácil, que la mayoría de lugares de baño están vetados para los perros, pero alguno queda, sólo hay que buscar bien. Ríos, embalses, pantanos e incluso playas. Cuidado con las corrientes fuertes, saltos, piedras o árboles sumergidos. Preguntar a alguien de la zona sobre la seguridad es mejor que tener que lamentar posibles accidentes.


Es importante tratar de elegir una zona poco concurrida, donde no molestemos a nadie. pero también que sea de fácil acceso para los perros y para nosotros si decidimos animarnos

¿A todos los perros les gusta el agua? No. Cada uno conoce a su perro y puede responder perfectamente a esta pregunta. Hay perros a los que no les gusta el agua. Por supuesto hablamos de baños al aire libre, no hay que tener en cuenta que no les guste que los bañemos en casa (o en la peluquería canina). Hay perros que por su fisionomía nadan peor.

Lo que está claro es que nunca hay que obligar a un perro a meterse en el agua. Podemos acercarnos a la orilla y ver su reacción, si tienen curiosidad, si tienen miedo, si se meten sin más o si se lo piensan un rato. Lo mejor es que cualquier actividad que hagamos con nuestros perros sea positiva para ellos y para nosotros, así que darles tiempo si lo necesitan, y si deciden no probar el agua, es seguro que tienen sus razones. 
Existen, como no, chalecos salvavidas para perro. También nos hemos encontrados con varias páginas que hablan de cómo enseñar a los perros a nadar, tan necesarias en nuestra opinión como páginas para enseñarles a dormir. Ejem... creemos que si no quieren agua, mejor que no se bañen.



Si al final entran a nadar y los acompañamos, la experiencia nos obliga a daros un sabio consejo: ¡cuidado con las uñas! A veces se emocionan y nadan hacia nosotros, arañándonos sin querer. Si no queremos unirnos al baño, nos podemos quedar en la orilla y jugar con nuestros perros lanzando palos, pelotas, etc. al agua. O simplemente dejarlos a su aire y verlos disfrutar.

Al salir del agua, los perros además de sacudirse, suelen buscar un sitio en el que frotarse para secarse, arena, hierba, piedras, o lo que encuentren. Es recomendable secar bien las orejas de nuestros perros con una gasa después del baño, sobre todo si son de los que bucean, así como limpiar los oídos de nuestros perros regularmente para evitar dolorosas otitis.



Nadar al aire libre es uno de los regalos que nos trae el buen tiempo, y disfrutar del agua con nuestros perros es aún un regalo mayor ¡aprovechemos!.


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